ARTÍCULO II

INFANTILIZACIÓN Y BRUTALIZACIÓN INCRUSTADAS EN LA SOCIEDAD
En este artículo publicado el seis de Octubre de 2017 en el periódico “VIENTO SUR”, Gonzalo Grimaldi, estudiante de cinematografía y de origen gaditano, trata el tema sobre la infantilización y brutalización como herramientas de sometimiento, dos pilares fundamentales para ejercer cada vez más el control y dominio sobre la sociedad de hoy en día. Como certificación de ello, Gonzalo Grimaldi, afirma al principio del artículo que el complejo mediático-patriarcal-capitalista emplea estos dos métodos de dominio para expandir en la sociedad el denominado “Pensamiento único”, este término fue creado por el escritor y periodista Ignacio Ramonet. Lo que dicho complejo pretende hacer es que desaparezca el pensamiento crítico de cada individuo, con el fin de hegemonizar sus propios principios e ideologías, anulando así los derechos humanos establecidos en la Carta Internacional de Derechos Humanos. Estos documentos juegan un papel esencial en el territorio tanto político como jurisprudencial y también tienen fuerzas opuestas, encontradas en los medios desde financieros hasta mediáticos y políticos de los grandes capitalistas, a estos medios se les denomina neoliberalismo. El neoliberalismo (nuevo liberalismo) consiste en limitar la intervención del Estado en asuntos políticos y económicos. La ideología de esta nueva iglesia pretende esculpir culturalmente su pensamiento a través de los medios de comunicación de masas, a esta acción se le denomina “Opinión pública”. Como bien se indica en el artículo, un claro ejemplo de estos dos pilares es la estrategia psicológica del “poli bueno y poli malo”, así es, la infantilización y brutalización no son simples conceptos con los que referirnos a un tipo de ideología, sino que son unas herramientas psicológicas tan repetidas y normalizadas en los medios de comunicación, que llevan a hacer creer a la persona que ese pensamiento ya viene adquirido en ella por naturaleza. La infantilización y brutalización no solo se propagan en la educación reliogiosa y doméstica, sino que también está presente en el ámbito laboral y educativo. En este último ámbito, el educativo, se dio una desuniversalización, (a causa de que Estados Unidos en el siglo XX tuvo una gran bajada en los créditos universitarios) en la cual salió perdiendo Occidente, sufrió una gran decadencia social de la cual salieron beneficiados unos pocos. ¿Por qué es tan importante para este conjunto infantilizar y brutalizar a la sociedad? Esta es una duda muy importante que puede surgir al leer este artículo. Para empezar, una de las razones por las que les resulta beneficioso emplear estos métodos es para que la población pierda su capacidad crítica, por el miedo a que surjan ideologías contrarias a las suyas. En segundo lugar, para mentalizar y repetirles a las personas en qué consiste esa ideología para que así ellas la reproduzcan. De aquí surge la llamada “conciencia esclava”. Bajo esta hegemonía se ven afectadas en gran parte las mujeres, cuyas libertades son coaccionadas y la mayoría de veces se ven obligadas a tomar decisiones contrarias a lo que realmente desean. Esto también se da en el ámbito laboral y televisivo, donde en
muchas ocasiones se dan casos de actores periodísticos que han de manipular la información que transmiten por estar manipulados ellos desde arriba o simplemente por compartir realmente esa ideología. Estos procesos psicológicos se dividen en cuatro significantes. El primero es la capacidad de hacer o ser; el segundo es la capacidad de ejercer un poder sobre los individuos y el tercero es ser capaz de influir sobre estos. Lo que se busca empleando la infantilización y la brutalización es anular por completo el poder de otros. Dicho esto podemos pasar a definir de una manera más específica cada uno de estos conceptos. Empezando por la infantilización, que consiste en tratar a las personas como si fueran niños. Con esto lo que se pretende es evitar que piensen por ellos mismos, como personas adultas y coherentes. También les sirve para ocultar su elevado grado de autoritarismo. Por otro lado está la brutalización, que consiste en modificar la conducta del individuo, es decir, anular el pensamiento y la voluntad de la persona. Suele ser utilizada la violencia tanto física como verbal y se da en su gran mayoría en el hogar. Como bien se ha comentado anteriormente, esta acción se realiza de forma común de hombres hacia mujeres y la practica tanto el trabajador laboral (lo sufre el trabajador), como en el ámbito doméstico (lo sufre la pareja e hijos del que la ejerce). También se da en las manifestaciones, donde los antidisturbios maltratan colectivos como Stop Desahucios o Marea Ciudadana. De aquí podemos extraer el denominado “Triángulo de la violencia”. Dicha teoría del triángulo fue creada por Johan Galtung, este triángulo abarca la violencia directa, la cual es visible, se concreta con comportamientos y responde a actos de violencia; la violencia cultural, la cual crea un marco legitimador de la violencia y se concreta en actitudes; por último, la violencia estructural (la peor de la tres), que se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades y se concreta en la negación de las necesidades. Tras leer este artículo y analizar paso a paso la información que nos proporciona, podemos sacar en claro que los derechos que figuran en la Carta de los Derechos Humanos son completamente violados por la brutalización e infantilización en gran mayoría de los países del mundo.

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