ARTÍCULO III

¿EL SEXO RESIDE EN EL CEREBRO?
Desde hace muchísimos años en nuestra sociedad se intenta inculcar en las nuevas generaciones ideas como la de que las niñas deben hacer ballet y jugar con muñecas y que los niños deben ser futbolistas y jugar con camiones. En el texto original no se habla exactamente sobre niños y niñas, ni sobre lo que estos deben hacer para ser aceptados socialmente, pero sí se da a conocer un tópico relacionado que aparece tanto en medios de comunicación como en la calle; y es que se inculca y divulga la creencia de que tanto los hombres como las mujeres venimos dados con ciertas aptitudes imposibles de mancillar, es decir, un hombre ha de ser un 'manitas' y la persona con autoridad en el hogar, un líder hábil e inteligente, mientras que la mujer ha de ser buena ama de casa, sociable y agradable y no es necesario ni que sepa encender el aire acondicionado, puesto que para eso ya está el hombre, todo un 'manitas'; todas y cada una de estas aptitudes vienen claramente incrustadas en nuestro cerebro desde nuestro nacimiento, ¿o no es así? Estudios demuestran que las aptitudes, comportamientos y gustos de un individuo, sea hombre o mujer, no son logrados en nuestro cerebro desde el momento en que nacemos sino que los vamos adquiriendo nosotros mismos dependiendo del ámbito social en el que nos desenvolvemos y desarrollamos como seres humanos.
En primer lugar, el cerebro está dividido en dos sectores, en uno se encuentra la función reproductiva y en el otro la función cognitiva. Investigaciones realizadas en el siglo XIX responden a la gran pregunta que abarca nuestro titular: ¿el sexo reside en el cerebro? Las teorías de Vidal y Benoit-Browaeys nos proporcionan la respuesta: sí y no. La primera respuesta corresponde a la parte reproductiva del cerebro, ya que el de las mujeres envía las señales que permiten que estas puedan ovular, mientras que en el cerebro masculino eso no ocurre. La segunda respuesta corresponde al sector cognitivo del cerebro, la cual desmiente la creencia de que los hombres tienen mayor capacidad de entendimiento que las mujeres. A esta teoría se le añade también la existencia de otras, que gracias a las imágenes por resonancia magnética, pudieron ser llevadas a cabo. Una de las diversas ideas que proporcionan estas teorías es que el cerebro humano, al nacer, contiene muchísimas neuronas pero pocas conexiones que las unan, esto quiere decir que venimos con unas aptitudes innatas que nos ayudan a adquirir otras nuevas. La adquisición de las nuevas
aptitudes viene a ser condicionada por la familia, la educación, la cultura y la sociedad, factores imprescindibles en el sano desarrollo del cerebro.
En segundo lugar, el ser humano proviene del mismo lugar y forma parte de la misma especie, por lo tanto el cerebro masculino y el femenino son similares en su mayor parte, no obstante existe una destacable diferencia que desemboca en la existencia de hormonas que caracterizan tanto el cerebro del hombre como el de la mujer, estas dos hormonas destacables son: la oxitocina y la testosterona. La oxitocina, también llamada “hormona del vínculo social”, es encontrada en el cerebro femenino y es la encargada de crear el instinto maternal, el vínculo y la empatía, ¿o quizás no? Esta teoría pierde su validez ante los casos de maltrato por parte de una madre hacia su hijo/a o ante los casos de abandono, por lo tanto no es del todo cierto que esta hormona sea la encargada al 100% del instinto que siente una madre de proteger a su hijo/a ante los peligros que acechan. Por otro lado está la testosterona, también nombrada como “hormona de todos los poderes”, propia del cerebro masculino, no es la encargada de hacer que los hombres tengan un comportamiento violento ni es la fuente de su apetito sexual, contrariamente a lo que mucha gente piensa, la testosterona, afecta al hombre únicamente aumentando su fuerza y su volumen muscular.
En tercer y último lugar, como bien aparece en el párrafo número 20 del artículo original, el cerebro humano ha sufrido grandes cambios y avances respecto a la plasticidad y el córtex cerebral. Dichos cambios afectaron de forma evidente a toda la humanidad, sin embargo hoy en día todavía existe gente que oprime, agrede y abusa de las mujeres. Este artículo contiene información que para ciertas personas puede ser contradictoria; y es que no se puede achacar al supuesto sexo que precede a nuestro cerebro todas las violaciones de la ley que cantidad de hombres en el mundo dejan de lado a diario cada vez que no tratan a una mujer con el respeto que merece. El texto ha de ser interpretado como una fuente de información para enriquecer nuestro conocimiento, así como para fomentar el respeto e igualdad hacia las mujeres en la sociedad.

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